martes, 15 de septiembre de 2015

El estrés en el deporte: ¿Perjudicial o no? Una breve guía de lo que es y como funciona (Parte 1)

No hay comentarios:
 
Decimos que una persona está sometida a una situación de estrés cuando ha de hacer frente a demandas ambientales que sobrepasan sus recursos, de manera que el sujeto percibe que no puede darles una respuesta efectiva, lo que provoca un aumento de la activación del organismo.
Sin embargo, el estrés no siempre es algo nocivo, ya que en muchas ocasiones la respuesta de estrés pone a disposición de la persona una cantidad de recursos excepcionales, propiciando una mejor percepción de la situación, una mejor búsqueda de soluciones y una mejor selección de respuestas para hacer frente a la situación que lo ha provocado.

Si ahora entrase un león por la puerta, todos estamos de acuerdo en que sería una situación estresante. Pues gracias a esa respuesta de estrés seguramente seamos capaces de buscar una manera de sobrevivir, como puede ser salir por una ventana o buscar una salida alternativa. La respuesta de estrés es una respuesta adaptativa que ha desarrollado el ser humano a lo largo de su evolución para hacer frente a esas amenazas externas o situaciones en las que se sobrepasan nuestros recursos.
No podemos imaginarnos a un deportista en los momentos previos a una competición importante sin emitir alguna respuesta de estrés, pero las consecuencias de esta respuesta dependerán de si resulta excesivamente frecuente, intensa o duradera.
En el ámbito del deporte de competición las exigencias son cada vez más grandes y los deportistas han de responder a múltiples demandas y la mayoría lo hace con éxito. Sin embargo, cuando el deportista valora que estas demandas exceden los propios recursos surge ese exceso de activación que es responsable de la desorganizacion del comportamiento. Es en este momento cuando nos referimos al estrés como un trastorno psicológico no deseado, que puede manifestarse en forma de agotamiento, depresión o ansiedad y que puede dificultar la utilización de habilidades que un deportista ha adquirido después de muchas horas y años de práctica.
Muchas veces, por las exigencias del propio deporte, tratamos de buscar soluciones rápidas, que resulten más bien mágicas. Y cuando, sobre todo estos días, se habla de la figura del psicólogo dentro del mundo del deporte mucha gente se pregunta para qué sirve un psicólogo cuando la demanda sigue siendo que demos una solución (receta) rápida y éxitosa.

Los deportistas con ansiedad y estrés no descansan, están constantemente pensando que van a hacer para que las cosas les salgan mejor, tienen hiperactividad constante, pretenden estar atentos a tantas cosas que al final acaban sin poder atender a todo lo que querían. Estos sujetos que viven con estrés tienen una tensión constante que afecta a todo el individuo y a la gente que vive a su alrededor.
Lo primero que se va a ir observando en ellos, es que siempre están alerta porque se agobian con facilidad teniendo bajo nivel de glucosa en sangre, descargas masivas de adrenalina. La segunda etapa en estos sujetos es la fase de resistencia que se produce cuando ya ha alcanzado una cierta adaptación a esa sobrecarga prolongada, el individuo se acostumbra a llevar ese ritmo. Finalmente, se va a dar la fase de agotamiento que aquí el sujeto se derrumba y fallan todas las estrategias de adaptación.
Un deportista intenta muchas veces realizar una actividad y no lo consigue, este puede tomarlo como un fracaso aunque la haya realizado mejor que la vez anterior, otro deportista en la misma situación, puede tomarlo como un éxito, ya que cada vez se encuentra más cerca de llegar a la meta que se propuso.

2.1.     Ansiedad y estrés según la edad
1.       De 15-20 años: la ansiedad y el estrés son debidos a la inexperiencia y la juventud.
2.       De 20-28 años: se da una estabilización.
3.       De 28-34 años: Aumento de ansiedad y el estrés por la percepción de pérdida de capacidad de ejecución y fin de la vida deportiva.

2.2.     Ansiedad y estrés según el sexo
·         Hombres: La ansiedad de rasgo es menor y la ansiedad de estado es mucho mayor.
·         Mujeres: La ansiedad de rasgo es mayor y la ansiedad de estado es bastante menor.

3.     ¿Cómo se manifiestan el estrés y la ansiedad?
    Las manifestaciones de la ansiedad y el estrés se clasifican de diferentes maneras.



3.1.     Manifestaciones cognitivas o subjetivas
    Las manifestaciones cognitivas o subjetivas se pueden interpretar como aquello que el deportista piensa para poder solucionar un problema. Se manifiesta en oportunidades como un bloqueo mental que le impide resolver una situación de la manera más adecuada. A partir de los diferentes niveles de ansiedad ese deportista puede tener dificultades para armar ideas, sentirse confuso y desconcentrado como consecuencia de elegir inadecuadamente las decisiones. Cuando se dice que un jugador de deportista está demasiado “acelerado”, esa representación de su conducta tiene un origen cognitivo: percibe una realidad tamizada por una subjetividad que lo conduce a no encadenar sus ideas según su forma de pensar habitual.

3.2.     Manifestaciones fisiológicas
    Las manifestaciones cognitivas provocan reacciones en el organismo que se manifiestan fisiológicamente. La ansiedad y el estrés (también el miedo) provocan un aumento del trabajo del sistema nervioso autónomo, el incremento de la actividad eléctrica de la epidermis, el aumento de la frecuencia cardiaca y también del ritmo respiratorio y del tono del aparato músculo esquelético. Sin embargo, cuando se hable de evaluaciones de la ansiedad y estrés todavía se hace muy difícil evaluar estas manifestaciones fisiológicas de forma aislada para asignar una relación con síntomas inequívocos de ansiedad. Sobre todo porque estas manifestaciones corresponden también a la activación y a la adaptación del organismo del deportista. De manera que la cuantificación de esos valores para poder determinar que corresponden exactamente a un estado de ansiedad todavía no se pueden determinar con absoluta certeza; si no es en relación con el resto de manifestaciones que conforman este cuadro.

3.3.     Manifestaciones conductuales o emocionales
    Estas manifestaciones son la demostración de los temores e inseguridades que percibe el deportista y que le hacen variar su conducta. Pueden manifestarse esta ansiedad en el enfado del deportista (con él mismo o con alguien del ambiente: un rival, su entrenador, un compañero, etc). Incluso ese enfado, puede transformarse en furia, disparándose, de forma incontrolable su agresividad. De este modo, ante estímulos considerados “normales” para un deporte de contacto, pueden tener reacciones desproporcionadas.

    Esas manifestaciones pueden también ser introspectivas y demostrarse a través de una conducta atemorizada que se traduce en la notable disminución de sus prestaciones durante el encuentro. En estos casos, se suele decir que un jugador “desaparece” del juego, porque no participa del mismo, no se muestra activo y se “esconde” en zonas del campo alejadas de donde trascurre el juego sin ofrecerse a sus compañeros. En oportunidades se lo nota “ausente” como consecuencia de un estado de depresión que lo lleva a una conducta errática deportivamente y lo inhibe para competir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
© 2012. Design by Main-Blogger - Blogger Template and Blogging Stuff