lunes, 28 de septiembre de 2015


Para ésta entrada, saco un poco mi alma de periodista frustrado para hablar de la situación de un equipo de fútbol español, teniendo en cuenta algunas variables psicológicas.

Este fin de semana un equipo importante dentro del panorama futbolístico español afrontaba su partido de liga el sábado a las 16:00. Sí, hablo del FCBarcelona. El campeón de todo la temporada pasada. Liga, copa del Rey y Champions League adornaron sus vitrinas, empezando este año con la victoria en la supercopa de Europa y una derrota en la supercopa de España.
El equipo ha llegado a este momento de la temporada con varias dudas, dudas que se han generado en la portería debido a pequeños fallos de su portero que han costado goles en contra, dudas a nivel de lesiones importantes y no tener recambios de garantías hasta enero, dudas a nivel de jugadas a balón parado como los penaltys… y para colmo de males en el minuto 3 de partido, el jugador clave del equipo se lesiona para los próximos dos meses.

Vamos a analizar un poco cada una de estas circunstancias o cómo puede afectar a los jugadores.

Ter Stegen. Portero joven, alemán, gran promesa de futuro en la portería azulgrana y el portero que el año pasado sujetó al equipo en las noches europeas y de copa del rey. El año pasado se le recuerdan un par de errores de bulto, uno en pretemporada y otro en la Champions ante el PSG, pero a partir de ahí sólo se le recuerdan buenas actuaciones, increíbles aptitudes con los pies y manos salvadoras por ejemplo ante el Bayern Munich. Este año en cambio, dos goles encajados por mantener esa posición tan aplaudida el año pasado, haciendo casi de hombre libre, más un error a la salida de un córner (algo habitual en porteros jóvenes) han hecho que se reabra el debate en torno a la portería. Dejo fuera el debate en torno a los 4 goles encajados en Balaídos porque me parece que está totalmente fuera de debate.



El puesto de portero es un puesto que necesita más confianza si cabe que los demás, porque es un puesto muy relacionado con el error. Tú no estás ahí para marcar goles como tus demás compañeros, tu función es evitar goles. Si no cumples tu función lo más probable es que tu equipo pierda. Es algo difícil de llevar si no sabes cómo gestionar la presión. El propio MATS salió a hablar con un periodiista tras el partido de la Roma (encajando un gol desde 45 metros) y cuando fue preguntado por esto dijo: "Todo está bien, ¿Por qué tengo que cambiar?". La seguridad con la que mencionó la frase hace creer que sentía lo que decía, además de tener el apoyo tanto de sus compañeros como del entrenador, e incluso de la grada, lo cual en este club no suele ser un habitual en este puesto.
MATS necesita partidos para volver a coger la confianza necesaria en su juego, para mantener los aspectos que le han hecho triunfar el año pasado y pulir sus defectos (normales a su edad) de su juego. Ésta semana volverá a tener su oportunidad en Champions. 

Punto 2: lesiones importantes y falta de recambios de garantías hasta enero. Un punto importante. Todo adicionado al fútbol tiene claro que éste año el FCBarcelona ha perdido competitividad a nivel de plantilla, debido a la sanción que le impide inscribir jugadores hasta Enero y debido a la marcha de jugadores que desde su papel en el banquillo fueron importantes el año pasado como son Pedro o Xavi. Ahora sumado esto a la grave lesión de Rafinha y los dos meses sin Messi, el Barça se queda sin muchos recursos de alto nivel casi hasta navidad. ¿Cómo afrontará esto Luis Enrique? Opino que la mejor manera es hacer fuerte al equipo por encima de las individualidades. El año pasado vimos como éste equipo se cimentó casi exclusivamente en su delantera (una delantera de lujo), con papeles más secundarios para el resto de componentes. 



Ahora creo que el técnico tiene la oportunidad de hacer una actualización del equipo, buscar mecanismos de potenciación del equipo, haciendo que todos se sientan importantes, incluyendo en los 11 iniciales tanto a Sergi Roberto (genial como lateral derecho), Munir, Sandro, Gumbau, Samper…. Canteranos que conocen perfectamente el modelo de juego y que aspiran a ser los nuevos Pedro, Busquets… Porque seamos sinceros…. Cuando debutaron estos dos últimos citados recién subidos de 3ª división, ¿alguien esperaba que fuesen a dar el rendimiento que dieron? Seguramente ni ellos mismos lo esperaban, pero tuvieron la confianza del entrenador y un sistema de juego que potenciaba el equipo por encima de las individualidades, y eso es lo que puede hacer ahora Luis Enrique.

Los penaltys. Un punto importante debido a que es una situación que tiene grandes probabilidades de convertirse en gol y que últimamente se está convirtiendo en una situación que genera ansiedad al lanzador, al menos visto desde fuera. Leo Messi, el principal ejecutor de estas jugadas nunca ha sido un lanzador de penaltys excelso, si nos fijamos en sus primeros lanzamientos de penalty nos podemos fijar que siempre lanzaba despacio y hacia un lado, engañando al portero, pero corriendo el riesgo de que si el portero adivinase el lado del lanzamiento se lo parase debido a la poca potencia que le imprimía al lanzamiento. Podemos ver como progresivamente su técnica ha ido cambiando para pasar a lanzar con más potencia, esperando menos al portero y eligiendo previamente el lanzamiento.
El punto clave en este aspecto es el lanzamiento fallado por Messi en la semifinal de Champions League contra el Chelsea hace unos años. Podemos ver como a partir de entonces la tasa de lanzamientos fallados se ha incrementado notoriamente. Sea de forma consciente o no, las consecuencias de fallar ese lanzamiento se han notado en los posteriores lanzamientos de Leo, que hasta entonces no solía fallar habitualmente desde los 11 metros. En cambio su comunicación no verbal en los últimos tiempos nos demuestra que no se encuentra cómodo en ésta situación. El fin de semana pasado sin ir más lejos, lanzó dos penaltys, ambos fuertes y al mismo lado, marcando el primero y fallando el segundo enviándolo por encima del larguero. Su reacción ante este segundo penalty cuando su equipo ganaba 3-1 demuestra que es algo que le preocupa. 



Éste fin de semana, ya sin Leo en el campo, el encargado de lanzar fue Neymar, que ya ha lanzado alguno en el Barça. Su lanzamiento tampoco fue acertado y se genera una situación incómoda ante estos lanzamientos. El problema está en cómo percibe el jugador ésta situación: normalmente, el lanzador parte con ventaja ante el portero en éstas situaciones, por algo se le llama "pena máxima", pero si el lanzador percibe la situación como algo donde tiene mucho que perder y poco que ganar (ya que todo el mundo espera que marque, ya que es "fácil" marcar, ya que un penalty "lo marca cualquiera") se puede generar una situación de ansiedad que si no se sabe controlar genera inseguridad y miedo a esa situación.

Y por último llegamos a un punto importante. Leo Messi. Le dolió a todo el barcelonismo la lesión de su estrella más rutilante. En ese minuto 3 en el Camp Nou, y hasta llegados al minuto 10 en el que se retiró del campo definitivamente, todo el barcelonismo encogió su corazón, para centrarse luego en sus móviles y conocer las noticias de la lesión de Leo. Lo mismo pasó en el terreno de juego. El Barça, más preocupado por Messi que por el partido, se encogió en esa primera parte. El Barça, que con Messi se coloca en una vía láctea que parece inalcanzable para el resto, ahora tendrá que competir sabiendo que está al alcance de otros. Asignatura: la vida sin Messi.
Todo el mundo sabe que el juego del Barça se basa en Leo Messi. Si el 10 está bien, casi se garantiza la victoria. Si el 10 no está bien, el Barça tendrá menos opciones de ganar, y si no está en el campo, todo el sistema desaparece.



Jugar sin esa ventaja de tener en tus filas al mejor marcará el futuro del equipo durante una temporada exigente. Si el grupo no se resiente y consigue sacar adelante sus compromisos, crecerá y verá reforzado su carácter primero y su autoestima después. En cambio, si la inercia es negativa, si el equipo no logra superar la ausencia del argentino, el pesimismo envolverá al Camp Nou y la duda se instalará en el vestuario. La vida sin Messi será dura. Algunas veces, tan dura que el Barça perderá. Pero bien afrontado, esto puede fortalecerlo.

Luis Enrique tiene ahora la oportunidad para hacer que el grupo sea mejor de lo que estaba siendo hasta ahora. Potenciar al equipo, potenciar mecanismos de equipo, para que cuando vuelva Leo, el equipo sea más fuerte incluso que cuando él se fue. Ahora bien, del grupo depende que su lesión sea un contratiempo y no un auténtico drama. Es la hora de medir el potencial del Barcelona. Este es el gran desafío para el Barcelona. Crecer como equipo hasta convencerse de que están a la altura de un reto mayúsculo, ganar todo después de haberlo ganado todo.

miércoles, 23 de septiembre de 2015


Consecuencias de la ansiedad y el estrés en deportistas

    La ansiedad eleva de cinco a siete veces la frecuencia de lesiones en los deportistas, según muestran los resultados de un estudio realizado por expertos de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (España).
    Según un estudio reciente con futbolistas juveniles reveló que los deportistas que manifestaban niveles altos de ansiedad tenían 7,08 veces más riesgo de lesión que los futbolistas con bajos niveles de ansiedad, y los que manejaban peor la presión deportiva tenían 5,33 veces más riesgo de lesión.

    Actualmente estamos en disposición de poder afirmar que el estrés y la ansiedad deportiva afecta al menos a los siguientes elementos:

·         Se alteran los niveles de ejecución del deportista, reduciendo la efectividad y el rendimiento habitual.
·         Se condicionan algunos síntomas y respuestas fisiológicas que alteran la salud.
·         Aumenta la sensibilidad de los deportistas de cara a una mayor predisposición hacia las lesiones como ya hemos mencionado
·         Se genera un lenguaje interno negativo que dificulta el progreso en la trayectoria profesional del deportista.
·         Se alteran las expectativas del deportista de cara a la consecución de resultados.



Los síntomas físicos más frecuentes son:

1.       Sequedad en la boca.
2.       Palpitaciones.
3.       Sensación de falta de aire.
4.       Opresión en el pecho después de hacer deporte.
5.       Temblores en las manos y en los pies.
6.       Sudoración excesiva.
7.       Falta de apetito.
8.       Mareos.

Podemos afirmar que también afecta a:

·         Aparato digestivo: gastritis, gastritis crónica, ulceras, molestias digestivas, estreñimiento, digestiones lentas, picores anales, pérdida del control de esfínter anal, gases.
·         Aparato respiratorio: crisis de asma, respiración rápida, dificultad respiratoria, opresión torácica, falta de aire.
·         Aparato cardiovascular: hipertensión arterial, taquicardia, arritmias, caídas bruscas de la tensión arterial.
·         Sistema nervioso central y aparato locomotor: disminución de los reflejos, aumento de tono muscular, rigidez, dolores musculares, parálisis en el cuello, en las extremidades, convulsiones, temblores, tics, nervios, mareos, vértigos, parálisis y cataplejía.
·         Aparato genito urinario: aumento del tono de la vejiga urinaria (hay que orinar frecuentemente) disminución de la libido sexual, pérdida del control de esfínteres.
·         Piel y uñas: rubor aumento de sudoración, caída del pelo, picores, alergias, alteraciones en el sudor.
·         En los sentidos afecta a la vista con visión borrosa, ver doble, al oído sintiendo ruidos fuertes y pitidos al olfato disminución de los olores, al gusto ningún alimento sabe bien y al tacto hay disminución de ciertas sensaciones.



Afrontamiento o métodos de intervención

    Como profesionales del deporte debemos pensar en el deportista y ayudarle en todo momento a que afronte los problemas que tiene para ello debemos:

·         Ser cautos en las proposiciones y expectativas a conseguir con los deportistas, en cuanto a la superación de sus problemas de afrontamiento al estrés.
·         Ser sinceros en el planteamiento, enfoque y dificultades del programa.
·         Ser flexibles en el diseño, ajustándose a variables individuales, teniendo en cuenta que no se puede diseñar un programa válido para todos los deportistas y situaciones.
·         Hacer explícitos y objetivables los elementos del programa (no realizar programas encubiertos) de manera que la cuantificación de los aspectos sirvan como sistema de evaluación, control y seguimiento de los progresos y las dificultades.
·         Tener en cuenta que la potencialidad de los mecanismos de afrontamiento varían y evolucionan a lo largo del tiempo, a la vez que la especificidad de respuesta varía en base al tipo de estresor que se presente. Es importante en base a esto, preparar un repertorio de medidas de trabajo variado y flexible.
·         El adiestramiento es sensible a diferencias individuales y culturales.
·         La generalización de una estrategia de afrontamiento a distintos ambientes no tiene porque ser consecuencia de la intervención, es preciso aprender y entrenar dicha generalización.
·         Se deben incluir las posibles reacciones del deportista ante los fracasos o retrocesos parciales en el programa de inoculación como parte del propio programa.
·         Se deben incluir las posibles reacciones del deportista ante los fracasos o retrocesos parciales en el programa de inoculación como parte del propio programa.
·         Hay que tener además en cuenta que disminuye la probabilidad de éxito del programa si el deportista atribuye los fracasos a factores de su propia personalidad y que aumenta la probabilidad de éxito si los fracasos son atribuidos a un esfuerzo o trabajo insuficiente o a una inadecuada estrategia del programa.



Estrategias más comunes

    Veamos ahora cuales son algunas de las estrategias que se pueden utilizar como para prevenir las situaciones de estrés que provoquen una baja del rendimiento: 

·         Control de las variables generadoras de incertidumbre.
·         Fijación de objetivos coherentes consensuados entre los deportistas y cuerpo técnico para que siempre sirvan de incentivo:
·         Planificación coherente de entrenamiento: teniendo en cuenta una buena distribución entre cargas y descansos de acuerdo al grado de compromiso y objetivos deportivos.
·         Variación de los métodos de entrenamiento, teniendo en cuenta la creatividad en la planificación de cada uno.
·         Tener en cuenta la exigencia y duración de cada ejercicio de acuerdo a la variable o valencia a entrenar para que pueda servir de incentivador y no de agente estresante.
·         Favorecer el reconocimiento en relación al esfuerzo y al trabajo, no únicamente a los resultados obtenidos.
·         Desarrollar la confianza
·         Evaluar el rendimiento después de la competencia y no durante. Siempre en forma constructiva.
·         Orientación acerca del uso del tiempo libre.

Conclusiones


    Para concluir el desarrollo del tema, podemos decir que tanto la ansiedad como el estrés son dos problemas muy propensos en la sociedad actual y que afectan a mucha gente. Como hemos dicho anteriormente, estos problemas afectan más a los deportistas que se someten a mayores rendimientos, de esta manera, los deportistas deben entender que no deben preocuparse del resultado una vez que se ha dado todo el rendimiento posible, porque si hacemos deporte es porque disfrutamos con lo que hacemos y no debemos sumergirnos en situaciones que nos arrastren, sino aprender de los errores y hacerlo lo mejor posible, de esta manera realizaremos el ejercicio más felices, con mayor energía, estaremos más positivos y nos saldrá todo mejor.

martes, 15 de septiembre de 2015

Decimos que una persona está sometida a una situación de estrés cuando ha de hacer frente a demandas ambientales que sobrepasan sus recursos, de manera que el sujeto percibe que no puede darles una respuesta efectiva, lo que provoca un aumento de la activación del organismo.
Sin embargo, el estrés no siempre es algo nocivo, ya que en muchas ocasiones la respuesta de estrés pone a disposición de la persona una cantidad de recursos excepcionales, propiciando una mejor percepción de la situación, una mejor búsqueda de soluciones y una mejor selección de respuestas para hacer frente a la situación que lo ha provocado.

Si ahora entrase un león por la puerta, todos estamos de acuerdo en que sería una situación estresante. Pues gracias a esa respuesta de estrés seguramente seamos capaces de buscar una manera de sobrevivir, como puede ser salir por una ventana o buscar una salida alternativa. La respuesta de estrés es una respuesta adaptativa que ha desarrollado el ser humano a lo largo de su evolución para hacer frente a esas amenazas externas o situaciones en las que se sobrepasan nuestros recursos.
No podemos imaginarnos a un deportista en los momentos previos a una competición importante sin emitir alguna respuesta de estrés, pero las consecuencias de esta respuesta dependerán de si resulta excesivamente frecuente, intensa o duradera.
En el ámbito del deporte de competición las exigencias son cada vez más grandes y los deportistas han de responder a múltiples demandas y la mayoría lo hace con éxito. Sin embargo, cuando el deportista valora que estas demandas exceden los propios recursos surge ese exceso de activación que es responsable de la desorganizacion del comportamiento. Es en este momento cuando nos referimos al estrés como un trastorno psicológico no deseado, que puede manifestarse en forma de agotamiento, depresión o ansiedad y que puede dificultar la utilización de habilidades que un deportista ha adquirido después de muchas horas y años de práctica.
Muchas veces, por las exigencias del propio deporte, tratamos de buscar soluciones rápidas, que resulten más bien mágicas. Y cuando, sobre todo estos días, se habla de la figura del psicólogo dentro del mundo del deporte mucha gente se pregunta para qué sirve un psicólogo cuando la demanda sigue siendo que demos una solución (receta) rápida y éxitosa.

Los deportistas con ansiedad y estrés no descansan, están constantemente pensando que van a hacer para que las cosas les salgan mejor, tienen hiperactividad constante, pretenden estar atentos a tantas cosas que al final acaban sin poder atender a todo lo que querían. Estos sujetos que viven con estrés tienen una tensión constante que afecta a todo el individuo y a la gente que vive a su alrededor.
Lo primero que se va a ir observando en ellos, es que siempre están alerta porque se agobian con facilidad teniendo bajo nivel de glucosa en sangre, descargas masivas de adrenalina. La segunda etapa en estos sujetos es la fase de resistencia que se produce cuando ya ha alcanzado una cierta adaptación a esa sobrecarga prolongada, el individuo se acostumbra a llevar ese ritmo. Finalmente, se va a dar la fase de agotamiento que aquí el sujeto se derrumba y fallan todas las estrategias de adaptación.
Un deportista intenta muchas veces realizar una actividad y no lo consigue, este puede tomarlo como un fracaso aunque la haya realizado mejor que la vez anterior, otro deportista en la misma situación, puede tomarlo como un éxito, ya que cada vez se encuentra más cerca de llegar a la meta que se propuso.

2.1.     Ansiedad y estrés según la edad
1.       De 15-20 años: la ansiedad y el estrés son debidos a la inexperiencia y la juventud.
2.       De 20-28 años: se da una estabilización.
3.       De 28-34 años: Aumento de ansiedad y el estrés por la percepción de pérdida de capacidad de ejecución y fin de la vida deportiva.

2.2.     Ansiedad y estrés según el sexo
·         Hombres: La ansiedad de rasgo es menor y la ansiedad de estado es mucho mayor.
·         Mujeres: La ansiedad de rasgo es mayor y la ansiedad de estado es bastante menor.

3.     ¿Cómo se manifiestan el estrés y la ansiedad?
    Las manifestaciones de la ansiedad y el estrés se clasifican de diferentes maneras.



3.1.     Manifestaciones cognitivas o subjetivas
    Las manifestaciones cognitivas o subjetivas se pueden interpretar como aquello que el deportista piensa para poder solucionar un problema. Se manifiesta en oportunidades como un bloqueo mental que le impide resolver una situación de la manera más adecuada. A partir de los diferentes niveles de ansiedad ese deportista puede tener dificultades para armar ideas, sentirse confuso y desconcentrado como consecuencia de elegir inadecuadamente las decisiones. Cuando se dice que un jugador de deportista está demasiado “acelerado”, esa representación de su conducta tiene un origen cognitivo: percibe una realidad tamizada por una subjetividad que lo conduce a no encadenar sus ideas según su forma de pensar habitual.

3.2.     Manifestaciones fisiológicas
    Las manifestaciones cognitivas provocan reacciones en el organismo que se manifiestan fisiológicamente. La ansiedad y el estrés (también el miedo) provocan un aumento del trabajo del sistema nervioso autónomo, el incremento de la actividad eléctrica de la epidermis, el aumento de la frecuencia cardiaca y también del ritmo respiratorio y del tono del aparato músculo esquelético. Sin embargo, cuando se hable de evaluaciones de la ansiedad y estrés todavía se hace muy difícil evaluar estas manifestaciones fisiológicas de forma aislada para asignar una relación con síntomas inequívocos de ansiedad. Sobre todo porque estas manifestaciones corresponden también a la activación y a la adaptación del organismo del deportista. De manera que la cuantificación de esos valores para poder determinar que corresponden exactamente a un estado de ansiedad todavía no se pueden determinar con absoluta certeza; si no es en relación con el resto de manifestaciones que conforman este cuadro.

3.3.     Manifestaciones conductuales o emocionales
    Estas manifestaciones son la demostración de los temores e inseguridades que percibe el deportista y que le hacen variar su conducta. Pueden manifestarse esta ansiedad en el enfado del deportista (con él mismo o con alguien del ambiente: un rival, su entrenador, un compañero, etc). Incluso ese enfado, puede transformarse en furia, disparándose, de forma incontrolable su agresividad. De este modo, ante estímulos considerados “normales” para un deporte de contacto, pueden tener reacciones desproporcionadas.

    Esas manifestaciones pueden también ser introspectivas y demostrarse a través de una conducta atemorizada que se traduce en la notable disminución de sus prestaciones durante el encuentro. En estos casos, se suele decir que un jugador “desaparece” del juego, porque no participa del mismo, no se muestra activo y se “esconde” en zonas del campo alejadas de donde trascurre el juego sin ofrecerse a sus compañeros. En oportunidades se lo nota “ausente” como consecuencia de un estado de depresión que lo lleva a una conducta errática deportivamente y lo inhibe para competir.

martes, 8 de septiembre de 2015


Esta va a ser una entrada muy especial, a partir de ahora cada comienzo de semana llevará consigo una entrada referida a las experiencias de un futbolista amateur llevando a cabo diferentes estrategias psicológicas y contadas desde su punto de vista.

Día 6/09/15.
"Primer partido de liga. Hace años que no juego a nivel de equipo en ningún lado. Tan sólo llevo 3 semanas de entrenamientos y con varias faltas a los entrenamientos por diversos motivos. Mi nivel de confianza en mí mismo es alto porque sé cuáles son mis grandes cualidades y cuáles son mis defectos y cómo debo solventarlos, pero el hecho de jugar teniendo la presión de tener que ganarme el puesto hace que tenga una mezcla de ganas de jugar y de nerviosismo.



Me tomo el día como un día normal, como un día cualquiera, aunque hoy sí que es cierto que desarrollo vagamente algunas tareas de VISUALIZACIÓN, nada demasiado potente pero sí que es cierto que reviso mentalmente ciertas partes de los entrenamientos y como defenderme de distintas situaciones en las que soy más débil. En los próximos partidos desarrollaré más este tema porque sé que me puede ayudar mucho.

Para este partido, teniendo en cuenta que era el primero y no quería sobrecargarme en exceso, llevé a cabo pequeñas acciones que me otorgaran mayor confianza de cara al partido. En cierta manera he ido creando una pequeña RUTINA.

De esta forma, al acabar de comer (una comida poco pesada), estuve escuchando algunas de mis canciones actuales favoritas mientras descansaba de forma relajada en cama. Por tanto cree un espacio de RELAJACIÓN en el que no pensar en el partido y disfrutar de algo que me gusta como es la música justo antes del partido.

Una vez llegado al campo descubrí que iba a ser titular. Fue un pequeño cambio de planes pero en lugar de enturbiar mis pensamientos con el cambio de planes, me dio una mayor confianza.
Durante el calentamiento intenté estar en la mayor tensión y poniendo toda mi CONCENTRACIÓN en lo que estaba haciendo porque los partidos empiezan desde el calentamiento e incluso antes, no sólo cuando el árbitro pita el inicio del partido.

Una vez empezado el partido, teniendo en cuenta que empecé en una posición que no es totalmente habitual para mí, lo que hice fue llevar a cabo AUTOVERBALIZACIONES cada vez que el balón salía fuera del campo o cuando el balón se situaba en el otro lado del campo para mantener la posición con respecto a mis compañeros y estar atento tanto a mi marca como a los desmarques de los jugadores rivales.

El aspecto donde más dubitativo estuve fue en el juego aéreo como suele ser habitual ya que es un aspecto del juego donde no demuestro gran confianza a pesar de tener una buena estatura y una capacidad de salto decente. No salto con intensidad ni voy fuerte al choque, e incluso cuando puedo no salto y dejo que el rival sea el que salte mientras yo busco corregir la posición para interceptar el rechace. A pesar de esto, en la segunda parte, una vez que ataqué bien un par de balones aéreos, se podría decir que gané un punto de agresividad en este aspecto haciendo que fuese más al choque en este tipo de jugadas durante el resto del partido.



Un punto clave para mi juego es la confianza que tengo en mi velocidad, con lo que las jugadas en las que el balón está dividido o aquellas jugadas en las que el rival encuentra un hueco en carrera no me suponen ningún obstáculo ya que a lo largo de los años he aprendido que ésta es mi mejor cualidad, por lo que me siento muy SEGURO en este tipo de acciones.



Para el próximo partido me pongo como deberes salir al campo un poco más relajado, con lo que llevaré a cabo una tarea de relajación previa al partido, mantenerme más concentrado en el partido en sí y no tanto en aspectos más externos como la grada o los banquillos para lo que tendré un par de palabras clave preparadas y llevaré a cabo algún ejercicio de visualización más específico para mejorar en jugadas a balón parado y de juego aéreo principalmente".

Como podéis ver en el texto, aparecen repartidas distintas técnicas recomendadas en la psicología deportiva a la hora de preparar o de jugar un partido:
·         Rutina previa al partido.
·         Pequeñas tareas de visualización (espontáneas).
·         Relajación mediante la utilización de música.
·         Tensión y concentración durante el calentamiento.
·         Autoverbalizaciones durante el encuentro para mejorar el posicionamiento.

·         Seguridad en los puntos fuertes de su juego.

miércoles, 2 de septiembre de 2015


Las manías o supersticiones. ¿Qué deportista no tiene alguna manía o superstición? Incluso podríamos decir que una de los aspectos más necesarios para el mayor rendimiento deportivo como son las rutinas podrían entrar en este campo.



Algunos deportistas famosos con manías de este tipo pueden ser Casillas, que recorta las camisetas, que siempre usa calentadores y que cuando su equipo marca un gol, salta para tocar con su mano izquierda el larguero; Cristiano, que siempre usa manga larga cuando juega con su selección; Messi siempre entra el último al campo…. Las manías están presentes en el deporte y nos las encontramos en sus versiones más variopintas.

Rafa Nadal es el ejemplo más claro de deportista con manías: no pisa las líneas, come siempre plátano, alinea sus botellas, bebe un sorbito de cada una, deja la raqueta siempre sobre la toalla y tiene un ritual completo para los saques: limpia las líneas de saque, se sacude las suelas de las zapatillas con un golpe de su raqueta, observa fijamente las tres bolas que tiene en sus manos y descarta una de ellas. Ya preparado para el saque comienza el espectáculo: calzoncillo en su sitio, toque en hombro izquierdo, derecho, se toca la nariz, se ajusta el pelo en su oreja izquierda, de nuevo la nariz, y por último toquecito en la oreja derecha. Y en ese momento realiza el saque. ¿Complicado verdad?



Pero hay muchísimos más ejemplos: Michael Jordan siempre llevaba los pantalones o calzoncillos de la Universidad de Carolina del Norte cuando jugaba por debajo de los de su equipo; Serena Williams no cambia de calcetines durante todo un torneo o Tiger Woods siempre elige el rojo en sus finales para mostrar agresividad. Si fuéramos preguntando uno a uno a cada deportista, seguro que algo encontramos, aunque no estemos hablando de grandes estrellas. Y es que las personas asociamos objetos, actos… a consecuencias; en este caso: éxitos o fracasos.

¿Levantarme siempre a las 10 en día de partido y desayunar algo concreto es una rutina que desarrollo porque creo que es lo mejor para mi organismo o ahora la sigo porque simplemente así me ha ido bien otras veces?

¿Cuando algo así se convierte en una superstición?

Esto ocurre cuando un día nos olvidamos nuestro calzoncillo favorito, o cuando saltamos al campo con el pie derecho en lugar del izquierdo, o si nos olvidamos de besar la cadena que llevamos al salir a correr…. Si eso pasa y para nosotros es un trauma en el sentido de pensar que ya no podemos ganar, que ya no es lo mismo y que impide que pensemos en lo que tenemos que hacer. Si ese es el caso, entonces sí que sería una superstición y por tanto interfiere en el rendimiento deportivo.



¿Qué podemos hacer en ese caso?

El deportista suele recordar cuando no ha podido llevar a cabo su rutina habitual y ha fallado o la competición no le ha ido tan bien como esperaba, y por tanto asocia el hecho de olvidarse su calzoncillo con el haber fallado.
Pero muchas veces el deportista se ha olvidado su calzoncillo y aún así lo ha hecho bien, aunque su cerebro no quiere recordarlo. Una manera de ellos sería recordarle anteriores competiciones en las que se le haya olvidado ese calzoncillo y ver si le ha ido bien o mal.
Esto sería tan sólo una manera muy sencilla de hacer que el deportista se dé cuenta de que ese pensamiento es absurdo.
Está bien que sientas mayor confianza cuando llevas tu calzoncillo favorito, porque es una rutina que tú mismo tienes, pero tienes que saber que sin un día no puedes llevarla a cabo por cualquier motivo, eso no quiere decir que ese día no puedas competir igualmente…. ¡Igual hasta descubres que compites mejor sin ese calzoncillo y desarrollas una nueva rutina!

Continuamente nos preguntamos el porqué de las cosas, buscamos explicación a las consecuencias de nuestros actos: ¿por qué gané este partido?, ¿cómo fallé en esta competición tan fácil? Y de repente la bombilla se enciende, y algo en mi cabeza me dice: “ay, claro… ¡no me puse las zapatillas de siempre, esas con las que gané esa final tan importante!”. Y se establece la conexión.
Muchos deportistas usan estos rituales para fomentar la concentración, y de hecho es una de las medidas que podemos trabajar en psicología deportiva para potenciar esa capacidad. Sin embargo, aquello que elijamos debe ser algo siempre controlable por nosotros y perdurable en el tiempo, pues si no podemos llevar a cabo el ritual, podemos favorecer la aparición de la ansiedad y anticipar el fracaso o la mala suerte que vamos a tener. Dicen de Cristiano que en 2010 adoraba tanto sus botas de la suerte, que Nike temía el momento en el que tuviera que cambiarlas para promocionar otras nuevas. No podemos convertir el ritual en un potencial factor ansiógeno.

Si utilizas manías en la realización de tu actividad, siempre y cuando te ayuden a estar metido y no las conviertas en una atribución de tu capacidad, ¡adelante con ellas! Si ves que estas más pendiente de mil gestos que de recordar cuán capaz eres, quizás sea el momento de revisar tus creencias a cerca de la buena y la mala suerte. 


 
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