No es
fácil encontrar un auténtico “depredador” del área, un delantero goleador que
intimide a los defensas solo con su presencia. No es solo una cuestión de
calidad o talento futbolístico, de “tener gol”, es mucho más, necesita
disponer de una personalidad arrolladora que le
ayude a ser una pesadilla para las defensas de los equipos rivales. No me
refiero a ser un provocador, que atente contra el juego limpio, sino a ser capaz
de intimidar a los rivales desde el esfuerzo y el trabajo bien hecho,
desde una mentalidad (competencias emocionales) que ponga al rival en
permanente dificultad.
El talento es insuficiente. Unas competencias emocionales
específicas incrementan el valor del talento y mejoran la capacidad para
definir ante la portería rival. Es necesario entrenar la personalidad del
delantero centro, educar en él unos valores, una actitud y unas competencias emocionales
específicas. Los niños no nacen teniendo gol o siendo depredadores del área.
Los entrenadores deben ir educando o moldeando en las diferentes edades esas competencias
emocionales que definen al
delantero centro competitivo, le ayudan a vivir cerca de la portería rival y a
convertirse en un peligro constante para el rival.
Podemos identificar las siguientes
competencias emocionales imprescindibles en un buen delantero centro
competitivo:
·
Conducirse
siempre desde el máximo ESFUERZO. Solo se mejora desde
el esfuerzo. Cuando uno se obliga a dar lo máximo cada día, en cada
entrenamiento y en cada partido hasta convertirlo en un hábito, es cuando se
está en disposición de mejorar. Exigirse el máximo esfuerzo tolerando la
fatiga, mejora la condición física, desarrolla el carácter y hace mejor al
futbolista. El delantero tiende a regular su esfuerzo y a no desgastarse en
trabajo defensivo. Es una creencia equivocada que le resta valor como
futbolista. Las mayores satisfacciones suelen ir precedidas de los mayores
esfuerzos. Luis Suárez es
uno de los delanteros más en forma del momento y en su haber está su esfuerzo,
insistencia y disputa incansable o permanente con los defensas rivales.
·
Saber TRABAJAR EN EQUIPO o hacer un TRABAJO COLECTIVO. El trabajo del delantero centro es una parte dentro de un trabajo
colectivo, por lo que ha de tener un elevado espíritu de cooperación con
sus compañeros. Es quien inicia el trabajo defensivo del equipo, y quien
finaliza el juego de ataque. El gol es la expresión final de un trabajo de
ataque por parte de todo el equipo, rubricado por el delantero centro. Pero su
función no solo es la de hacer goles, definir, sino también asistir a sus
compañeros para que marquen goles. El delantero centro es un especialista, como
cada uno de sus compañeros, dentro de un trabajo colectivo.
·
Tener AUTOCONFIANZA. El delantero centro vive rodeado de
contrarios que tratan de impedirle realizar su trabajo. En el duelo con los
defensas rivales ha de sentirse capaz de trabajar más y mejor, que ellos, de
imponerles su trabajo hasta meterles en dificultades, generarles dudas y
llevarles al error. Eso solo es posible trabajando desde el atrevimiento, la
determinación, el empuje… la autoconfianza. Karim Benzema (Real Madrid) es el delantero
centro que más ha crecido en su autoconfianza. Zinedine Zidane está sabiendo
ejercer sobre él una tutoría deportiva y personal que le está ayudando a crecer
en su confianza. Leo Messi (FC Barcelona) sabe que es el mejor del mundo, su autoconfianza es máxima,
lo que le permite echarse el equipo a la espalda y tirar de él para decidir el
partido, sobretodo en los partidos importantes. Lo mismo sucede en Cristiano Ronaldo (Real Madrid), su autoconfizanza
está blindada y nada parece debilitarla.
·
ENTENDER EL ERROR / TOLERAR LA FRUSTRACIÓN. El trabajo del delantero centro es muy
evidente, salta a la vista, está muy expuesto ante la grada. Sus aciertos y
errores siempre son manifiestos, no pasan desapercibidos. El futbolista debe
ser consciente de esta exposición acompaña a su trabajo, sus aciertos y errores
son sobrevalorados. ¿Quién no se
equivoca? No entender ni tolerar la posibilidad del error hace más
vulnerable, más inseguro y multiplica los errores o fallos; saber que la
posibilidad de errar alguna ocasión clara es inherente al trabajo del delantero
centro hace menos sensible ante el error y potencia el atrevimiento. Bale y Benzema en el Bernabeu, han
tenido que escuchar la discrepancia puntual de la grada hacia ellos sin que
hiciera mella en su trabajo. En el partido siguiente son capaces de anotar un
hattrick. Saben que todas sus acciones no se van a convertir en gol y saben
convivir con ello, forma parte de su trabajo.
·
El buen delantero centro relativiza el error. No meter gol no quiere decir
que haya definido mal. A veces es mérito del portero rival, quien ha estado
acertado. De igual forma, una o dos acciones, por muy llamativas que sean, no
pueden distorsionar el trabajo de todo un partido. El delantero centro no debe
atender apenas a la posibilidad del error.
·
Saber CONVIVIR CON EL GOL. El gol no se busca, se gestiona. Cuando el gol se busca desesperadamente,
casi de forma obsesiva, resulta difícil encontrarlo. En cambio, el gol llega
desde la máxima concentración, la tranquilidad, la confianza y la correcta
gestión del juego en la proximidad o dentro del área. Dicen que el gol es
cuestión de rachas. No estoy de acuerdo. El gol acompaña a los estados de
ánimo. Un gol trae más goles porque libera de la responsabilidad y obligación
de hacerlo, mientras que un fallo puede traer más fallos cuando aumenta la
obligación y la responsabilidad de hacer gol, a veces hasta convertirse en una
obsesión. Suárez, Messi, Benzema, Ronaldo tienen una relación de amistad con
el gol, no lo ansían, simplemente lo tienen, lo expresan, lo hacen, lo
gestionan, saben convivir en armonía con él.
·
DEFINIR, SIN SENTIR NI PENSAR. La cercanía del gol suele sensibilizar a la mayoría de jugadores,
metiéndoles cierto vértigo que les lleva a precipitarse o dudar. Parece que
definir conlleva una carga emocional diferente a cualquier otra acción
ejecutada fuera del área. Solo unos pocos, los grandes goleadores, no sienten
nada en la definición, se muestran inteligentes, ven y hacen, leen y resuelven
con la misma concentración, tranquilidad y confianza que lo hacen alejados del
área. Son auténticos “psicópatas” del gol, pues definen como una máquina, sin
sentimientos, sin dudar, lo ven y lo hacen, lo inventan en el mismo instante. A los mejores no les tiembla el pulso ante la
posibilidad del gol. Lo ven y lo hacen. Son máquinas de hacer goles, máquinas
sin sentimiento. Luego lo disfrutan y lo celebran como el que más, pero
mientras lo están gestionando no se permiten sentir nada, definen estando muy
concentrados y serenos.
·
ACEPTAR LAS CRÍTICAS. El delantero centro siempre está en boca de sus propios aficionados y
medios de comunicación, unas veces para valorar y ensalzar su rendimiento otras
para cuestionarlo o criticarlo. Su trabajo nunca pasa desapercibido. Es
necesario para mantener el equilibrio emocional asistir impasible a la opinión
de los demás, independizarse de ella, ser autónomo, tener criterio. Suelen ser
opiniones no expertas ante un trabajo que se desarrolla en un “escaparate”,
expuesto ante miles de aficionados o espectadores. Las opiniones ajenas son respetables
aunque no tienen por qué ser compartidas. El futbolista debe atender y
considerar solo la opinión de sus técnicos. Cualquier delantero centro ha
vivido momentos puntuales de desencuentro con sus aficionados. Son críticas que
no les dejan huella, más bien mueven su amor propio y les estimula.
·
AGRESIVIDAD. El buen delantero centro requiere de agresividad positiva, ha de ser un
tipo “caliente”, que viva con intensidad el duelo con los rivales, que active
su adrenalina y testosterona necesarias para vivir la competencia con los
rivales. El carácter rebelde acompaña dentro del terreno de juego. Zlatan Ibrahimovic, Mario Balotelli o Luis Suarez responden al perfil de “bad boys” por su carácter displicente,
bronco, belicoso. Mourinho cuenta una anécdota muy gráfica sobre Balotelli.
Habiendo sido amonestado y no disponiendo de otro delantero, Mou dedicó a
Balotelli casi todos los minutos del descanso para que tuviera cuidado, se
controlase y evitase la expulsión en la segunda parte. En la primera acción
tras el descanso fue expulsado. Si estos futbolistas no tuvieran ese carácter
fuerte y agresivo posiblemente no serían los que conocemos sobre el terreno de
juego. Sería mucho pedirles que fuera del terreno de juego fueran un ejemplo de
equilibrio y autocontrol personal. No obstante supone un reto en la etapa de formación enseñar autocontrol emocional a
chicos del perfil de bad boys, de conducta disruptiva.
·
Ser GENEROSO. El éxito de un delantero siempre
guarda una relación directa con el trabajo colectivo, en el que sus compañeros
participan aunque sea en un segundo plano. El delantero goleador personaliza el
éxito de todo un equipo. Que obtenga mayor reconocimiento público e incluso
económico, dado que el gol se paga bien, no puede llevarle a un egoísmo
absurdo. Debe ser generoso con los compañeros porque en realidad su brillo lo
debe en gran medida al trabajo de sus compañeros.
·
Tener HUMILDAD. Nunca se puede perder la perspectiva
de los propios orígenes, de dónde se viene y cómo se ha llegado al momento
presente. La humildad es necesaria para mantenerse en una actitud de mejora
permanente.
·
La humildad también ayuda a respetar al rival y a los compañeros, hace que
no te confíes ante un rival inferior ni pongas difícil la convivencia dentro
del equipo. La humildad ayuda a relativizar lo que los demás entienden por
éxito y fracaso; el éxito solo es un trabajo bien hecho, mientras que el
fracaso es un trabajo que hay que mejorar. La humildad ayuda a digerir el éxito
y a no distorsionar la realidad. Donde los demás ven un icono mediático uno
solo es se percibe como un buen profesional que intenta hacer su trabajo lo
mejor posible sin regatear ilusión y esfuerzo.
·
Ejercer LIDERAZGO. El delantero centro
está llamado a ser uno de los líderes en la tarea, sobre el terreno de juego.
Por su demarcación y por su capacidad de intimidación hacia el rival el
delantero centro tira de su equipo, éste le busca y agradece encontrarlo. No es
necesario que lleve el vestuario, que lidere al grupo desde la vertiente social
y afectiva, pero el delantero centro debe ejercer un liderazgo desde la tarea,
siendo una referencia importante para los compañeros sobre el terreno de juego.
·
Moverse por NUEVOS Y SUCESIVOS RETOS. Escalar hacia la élite, situarse entre los mejores, exige trabajar duro
cada día tratando de aprender y mejorar de forma que cuando se asciende de
nivel o categoría hay que seguir insistiendo, sin pararse, para seguir
escalando a otro nivel inmediatamente superior. Una vez logrado un reto hay que
plantearse otro nuevo y así sucesivamente. Conformarse o acomodarse equivale a
dejar de mejorar y crecer.
·
Alcanzar la AUTONOMÍA EMOCIONAL. El delantero centro “matador” debe ser una persona autónoma a nivel
emocional, que disponga de la llave de su propio equilibrio y no se deje
zarandear por las circunstancias. Cualquier acontecimiento favorable o
desfavorable lo vive con relativa tranquilidad y equilibrio, sin sobresaltos,
ni euforia ni angustia, sin perder la cabeza. Llega a entender y disfrutar del
“glamour” que acompaña al delantero goleador, sin darle más importancia.
No
existe la perfección, ni hablando del delantero centro ni en nada. No existe un
referente que aglutine todos los valores o competencias emocionales enunciadas.
No existe el delantero centro perfecto con todas las cualidades positivas. No
existe la perfección, solo un camino de mejora y de aproximación hacia la
excelencia. Disponemos de diferentes modelos de los que aprender y mejorar.
Hemos querido revisar qué valores y competencias emocionales pueden impulsar el
talento del delantero centro para avanzar en la formación de los futbolistas.
A modo de conclusión, el delantero centro
no nace siéndolo, va aprendiendo a serlo progresivamente, formándose cada día,
enseñándole y educándole no solo en lo referido a contenidos técnico-tácticos
sino también en cuanto a valores y competencias emocionales que ayudan al
rendimiento óptimo y al mejor desarrollo deportivo y personal.
Artículo basado en José Carrascosa: http://sabercompetir.com/la-personalidad-del-delantero-centro-2/
Entre estos centros, Benzema es mi favorito. Benzema es un jugador que puede dominar el juego. Realmente nunca he visto el estilo de rey en su cuerpo. Creo que no habrá nadie que pueda igualarlo en el fútbol durante décadas. Rompe fuerte, rompe de lado, se mueve lateralmente, puede pasar y disparar, marcar muchos goles y tener muchas asistencias.
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