"Muchos entrenadores ya saben que un
entrenamiento parcelado de la técnica, táctica o preparación física tiene una
transferencia limitada al partido. Muchos de ellos ya trabajan de forma
interrelacionada objetivos técnicos, tácticos y físicos. Por otro lado, se
acepta que el rendimiento de un deportista no solo depende de estos aspectos,
también tienen en cuenta el factor psicológico del deportista, sobre todo a
raíz de la eclosión del coaching.
Podemos interpretar la persona del deportista como una
estructura hipercompleja configurada por interacciones y retroacciones de las
estructuras (Seirul·lo, F.;1998). Seirul·lo desgrana el comportamiento del
deportista en varias estructuras y propone optimizarlas desde un perspectiva
sistémica, preferenciando en cada momento la que el entrenador crea
conveniente.
Ya hay amplia bibliografía sobre las estructuras que
presenta Seirul·lo, así que obviaremos definirlas aquí, pero con algunas de
ellas, por el hecho de que no son las que se han entrenado tradicionalmente (la
condicional, la coordinativa y la cognitiva), hay cierta dificultad en ponerlas
en práctica de forma interrelacionada con el resto. Las estructuras que a
menudo suponen un reto de trabajo en las sesiones de entrenamiento son entonces
la mental, la socio-afectiva, la expresivo-creativa y la emotivo-volitiva. Así
pues, algunos entrenadores optan por no introducirlas de forma preferente en
sus entrenamientos, dejando estas estructuras en un segundo plano, ya sea
mediante reglas potenciadoras de situaciones en las cuales el deportista deba
tener en cuenta objetivos relacionados con dichas estructuras o directamente,
evitando utilizarlas dentro de la sesión y usándolas en las charlas a nivel
grupal o individual.
Esto último suele pasar con la estructura
emotivo-volitiva, que es aquella que nos mueve a hacer acciones por las cuales
conseguimos la satisfacción del deseo personal de obtener reconocimiento, fama,
dinero o simplemente la satisfacción de haber hecho bien la tarea. La podemos
relacionar con las necesidades personales del individuo y que supondrán que este
se mueva para satisfacerlas. Las necesidades a satisfacer, la urgencia en la
actuación para satisfacer las expectativas del grupo, en un determinado
episodio del juego, activan los sistemas de la estructura emotivo-volitiva
(Seirul·lo, F.; 2004).
Aunque todo el mundo pueda tener una comprensión
genérica de esta estructura, es necesaria una prospección más profunda para
poder encontrar objetivos concretos que sean trasladables a una sesión de
entrenamiento. Es para eso importante, que los entrenadores consulten a
psicólogos, o incluso los hagan participar de la elaboración y realización de
la sesión de entrenamiento, como es el caso que presentaremos en este artículo.
En ese sentido, podemos optimizar las motivaciones del
deportista en cuanto a la práctica deportiva. Es lo que sugiere la Teoría de la
Autodeterminación (Ryan, R. y Deci, E.; 1985), que apunta a explorar y explicar
la motivación humana desde un enfoque basado en necesidades y que pone el
acento en el grado en que las personas escogen sus conductas (adaptado de
Giesenow, C.; 2015).
Podemos decir que lo que mueve el deportista a hacer
una tarea y, en general, a practicar el deporte se puede dividir en dos
necesidades: la que proviene de su interior, o intrínseca; y la que proviene
del exterior, o extrínseca.
La extrínseca es aquella que recibe el deportista por
parte de otras personas de forma directa o indirecta; ya sea con el
reconocimiento de compañeros o de la sociedad, el dinero o, desde un punto de
vista punitivo, para evitar un castigo de, por ejemplo, el entrenador, los
compañeros de equipo o de la prensa. Esta es la que más dominan los
entrenadores, ya que por la propia definición es relativamente sencillo que el
entrenador, al ser una persona externa al deportista, pueda intervenir en el
deportista mediante el uso de ella.
En cambio, la conducta intrínsecamente motivada es
aquella que no tiene otro objetivo que el propio placer o interés personal en
realizarla. La motivación intrínseca, por tanto, encuentra su fundamento en una
serie de necesidades psicológicas definidas que incluyen, entre otras, la
causación personal, la efectividad y la curiosidad (Monroy, A. Y Sáez, G.;
2011).
En cuanto a los humanos, la conducta motivada
intrínsecamente se debe a una necesidad (psicológica) innata de sentirse
competente y de sentirse autodeterminado (Limonero, J; 2003). También la
búsqueda y el desarrollo de relaciones seguras y conectadas con otros
(Giesenow, C; 2015). Por tanto, podemos subdividir la motivación intrínseca en
la búsqueda de la competencia, de la autonomía y de las relaciones.
Si consideramos que la motivación extrínseca es
ampliamente conocida y ya utilizada por los entrenadores y otras personas que
puedan intervenir en el rendimiento del deportista (familia, agentes,
directivos, prensa), podemos centrarnos en la optimización de la motivación
intrínseca para balancear el peso de ambas motivaciones mediante objetivos que
conseguirán la optimización de estas necesidades psicológicas que configuran la
motivación intrínseca:
·
La búsqueda de la competencia en la
tarea a realizar. Los deportistas encuentran motivante sentir que están
mejorando en eso que están llevando a cabo.
·
La autonomía en la toma de decisiones.
Los deportistas encuentran motivante notar que pueden decidir cómo y cuándo
hacer eso que están llevando a cabo.
·
El desarrollo de sus relaciones
personales. Los deportistas encuentran motivante sentir que mejora la relación
con los compañeros en la tarea que están llevando a cabo.
Reglar tareas donde salgan estos objetivos sería un
buen punto de partida para incorporar estos conceptos a la sesiones de
entrenamiento de forma no preferencial, pero ahora mostraremos un ejemplo de
tarea donde la estructura preferencial es la emotivo-volitiva, concretamente la
optimización de la motivación intrínseca.
ELABORACIÓN
DE LA TAREA EN EL FÚTBOL
Para tal efecto, consideramos cualquier procedimiento
metodológico que incluya porterías, como por ejemplo el ataque-defensa, el
juego reducido o el juego real. El objetivo de ellos es poner en práctica los
contenidos trabajados durante los entrenamientos en situaciones cercanas a la
competición (Guerrero, I.; 2011).
En nuestra tarea se trabajarán objetivos a optimizar
de otras estructuras, típicamente la coordinativa y la cognitiva, pero podrá
incluir cualquiera de las otras siempre de forma subyacente a la preferente.
A ojos de los jugadores que participen en la tarea, de
inicio creerán que están trabajando conceptos tácticos entrenados en tareas o
sesiones anteriores, mediante un procedimiento donde aparezca de forma
inherente la motivación extrínseca de los jugadores que participan. Estos
procedimientos son los que incluyen porterías, ya que el jugador, al marcar un
gol, siente que es de las maneras que obtiene más reconocimiento por parte de
compañeros, entrenadores y espectadores. Por tanto, es el que de forma
espontánea motiva más a un jugador de forma extrínseca.
Antes de iniciar la tarea explicaremos a los jugadores
las reglas que hacen referencia a la optimización de las otras estructuras.
Acto seguido iniciaremos la tarea, que estará dividida en tres partes donde
dichas reglas no variarán, así como el tiempo de juego.
Durante el juego tendremos que registrar
los jugadores que se comportan según los ítems a
valorar de la tabla que se muestra a continuación, y recibirán los puntos
correspondientes que se sumarán a su equipo o se les restará si actúan de forma
contraria.
En la columna Tipo de
la tabla de los ítems podemos ver la relación del ítem con una de las tres necesidades psicológicas de la
motivación intrínseca. La importancia de cada ítem es
subjetiva y susceptible de añadirle o quitarle puntos, así como la inclusión de
nuevos o exclusión de algunos de estos ítems.
Al finalizar la primera parte de la tarea se informará
a los jugadores del marcador de goles, pero sumando todos los puntos que ha
hecho cada equipo. Aún no se les desvelará de dónde sale esta puntuación. Esto
también se hará al final de la segunda y de la tercera parte. También entre
partes se hará una pregunta que servirá para ganar más puntos y que tendrá el
objetivo de ir mostrando poco a poco cómo han estado ganando los puntos. Las
preguntas son las siguientes:
1. Dos puntos para el equipo del primer jugador que diga
algún momento en que gracias a estar concentrado, ha podido realizar una acción
correctamente.
2. Dos puntos para el equipo del primer jugador que diga
algún momento en que haya ayudado a un compañero, y eso haya supuesto algo
positivo para el equipo.
3. Tres puntos para el equipo del primer jugador que diga
qué ha aprendido de nuevo con esta tarea.
La primera pregunta hace referencia al ítem 1, y creemos que es el primero que se tiene que
desvelar para que sirva a la vez como consigna de control, ya que
automáticamente los jugadores intentarán participar en la tarea de forma más
concentrada (y aquí se verá cómo los jugadores interpretan esto de maneras
distintas). Si por el contrario lo que se hace es una pregunta sobre, por
ejemplo, el ítem 6, la realización de la tarea se acaba tergiversando
porque los jugadores pasarán a estar completamente atentos a esteítem para poder sumar
puntos y dejarán de lado los objetivos explicados al inicio de la tarea.
La segunda pregunta hace referencia al ítem 3 (pero se podría haber hecho preguntas sobre el 5, 6,
8…) y la última se hace como parte introductoria a la reflexión final.
Esta reflexión servirá para desvelar
todos los ítems, para explicar cómo han conseguido los puntos y
hacerles entender que la motivación extrínseca no es la única en la cual un
jugador se debe sustentar. Aunque es importante y necesaria, un jugador no
puede depender solo de ella porque al proceder de terceras personas no siempre
podrá recibir su contribución. De hecho, se puede considerar que convivir con
altas dosis de motivación extrínseca es potencialmente peligroso para su
rendimiento si, por las razones que sean, se deja de recibirlas.
Por eso es importante que los jugadores, ya de
jóvenes, conozcan e identifiquen su motivación intrínseca y la movilicen
constantemente.
Esta tarea con preferencia de la estructura
emotivo-volitiva es un primer paso para presentar a los jugadores estos
conceptos. Es como abrir una ventana a la introspección y conocimiento de la
motivación intrínseca y que, como todas las estructuras, se tienen que trabajar
de forma periódica para consolidar su aprendizaje, ya sea con otras tareas similares
a la presentada, con charlas o con la introducción de reglas recordatorias en
otras tareas que den preferencia a objetivos de otras estructuras."
BIBLIOGRAFÍA
·
Deci, E. L., y Ryan, R. M.
(1985).The general
causality orientations scale: Self-determination in personality. Journal of Research in Personality.
·
Giesenow,
C. (2015).Promoviendo la motivaciónintrínseca.CimaPerformance.com
·
Guerrero,
I. (2011).Terminologiad’exercicis de l’Escola del
FC Barcelona, temporada 2011-2012.Documentode la FCBEscola.
·
Limonero,
J. (2003).Motivació i emoció. Edicions UOC.
·
Monroy,
A i Sáez, G (2011). La motivación y el rendimiento en el deporte. EfDeportes.com.
·
Seirul·lo,
F. (1998).Planificación a Largo Plazo en los
Deportes Colectivos. Curso sobre Entrenamiento Deportivo en la Infancia y la
Adolescencia. Apuntes
de la Escuela Canaria deldeporte.
· Seirul·lo,
F. (2004). Estructura socio-afectiva. Documento del departamento de
educación física del INEF Barcelona.
Artículo original aquí: http://www.martiperarnau.com/tactica/optimizacion-de-forma-preferente-de-la-estructura-emotivo-volitiva-la-motivacion-intrinseca/
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