miércoles, 5 de marzo de 2014

Lanzamientos de penalti: punto de vista del portero y estadística interesante.

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Aquí estoy de nuevo con la 12º entrada. Esta vez basada en el punto de vista del portero en los lanzamientos de penalti, para lo cual me basaré en un estudio basado en la opinión de los propios porteros, también os dejaré unas estadísticas interesantes sobre los penaltis y al final me he permitido un pequeño guiño a un jugador que hoy está en boca de todos.

Voy a basarme en el estudio de Miñano Pastor, Sampere Marco y Henarejos García sobre la "Opinión de los porteros sobre los factores que pueden ayudar a parar un penalti".


 
   En base a los resultados analizados se puede decir que fijándonos en una variable como aspectos diversos del lanzador, lo que han elegido los porteros como más importante a la hora de fijarse para parar un penalti ha sido la mirada, habiendo aquí una contradicción con los estudios de Hughes y Wells (2001), López-Botella y Palao (2007), donde decían que uno de los aspectos más importantes era la lateralidad del portero, en nuestro caso la categoría pierna ejecutora y de apoyo.



    La condición física también se muestra en los resultados como un factor muy importante reflejado por el 44% de los porteros. Y tenemos que decir que no es lo más importante, puesto que, no se puede afirmar que un portero con muy buena condición física para más penaltis que uno que no la tenga, tendrá más posibilidades pero la parada de penaltis envuelve a un cúmulo de factores también muy importantes.
    De la capacidad física el 40% de los encuestados ha destacado la flexibilidad, capacidad que no suele entrenarse demasiado y que a través de los entrenamientos específicos se puede preparar más.

    El factor o variable que más subjetividad puede llevar por parte de los porteros, ha sido la suerte donde el 36% ha reflejado que es muy importante. Está claro que un portero que se entrena y cree concienzudamente que sus acciones a la hora de parar penaltis se ven muy influidas por la suerte, significa que no está realizando buenos entrenamientos por su parte o que el entrenamiento específico diseñado no es bueno. La suerte es un factor importante pero entrenando los demás factores se tiene que tener más confianza en las posibilidades de éxito.

    Analizando los resultados también se han dado cuenta de que el tiempo que se le dedica en un entrenamiento a ejercicios que tengan que ver con parar penaltis es muy pequeño, nunca más de 30 minutos.
     En relación con el entrenamiento específico,  se entiende que es necesario implantar estos entrenamientos, ya que, servirían de mucha ayuda para preparar los partidos y las situaciones que se pueden dar.

    Otros estudios dicen que el fallo en el penalti no es un acierto del portero sino el fallo del lanzador (Donna, Comission, Leela, 2009). Lo que tratamos con nuestro informe científico es desmentir este estudio, ya que, es verdad que un penalti fallado puede tener muchas causas psicológicas y psicomotrices en el lanzador pero la mayoría del esfuerzo la realiza el portero.

  ·         Estadísticas interesantes a la hora de lanzar o detener penaltis.

Un estudio matemático sobre los penaltis en la Universidad de Liverpool John Moore enfoca los penaltis desde el punto de vista de “rómpela y reza”.
Según averiguaron, el penalti perfecto es un balón lanzado alto, enviado de forma precisa a la parte derecha o izquierda del portero y rápido, a unos 25-29 metros por segundo (90-104 kilómetros por hora). Cualquier balón que vaya más rápido tiene menos posibilidades de entrar por un problema de imprecisión, mientras que cualquier balón más lento es más probable que el portero lo pare.



Ir rápido a tirar el penalti (menos de 3 segundos después del pitido) le da al delantero el elemento de sorpresa, mientras que retrasar el golpeo más de 13 segundos provoca que el portero esté incómodo, de acuerdo con los investigadores, que observaron los partidos internacionales de Inglaterra desde hace varias décadas.

Esperar a que el portero se mueva también incrementó las posibilidades. Sin embargo, esperar más de 0.41 milisegundos hace que las opciones estén igualadas. Una carrera de entre cuatro y seis pasos es la más acertada, mientras que una carrera de más de 10 metros es la peor.

Si miramos los penaltis desde una perspectiva estadísticamente, el balance de penaltis marcados es mucho mayor que la de penaltis fallados: entre dos tercios y tres cuartos de los lanzamientos resultan en gol, de acuerdo con varios análisis realizados a un equipo puntero europeo. Pero, en contra de lo que se podría esperar, estas cifras dan una ventaja psicológica al portero. Si el penalti entra, la gente le dará una palmadita en la espalda y dirá “mala suerte”, porque muy pocos esperaban que lo parase. Si lo para, será aclamado y vitoreado. En otras palabras, toda la responsabilidad recae en el que lo tira.

Este problema fue analizado el año pasado por un equipo de la Universidad de Exeter en Inglaterra, que pidió a miembros del equipo universitario de fútbol que llevasen gafas especiales, que grababan los movimientos de los ojos, mientras tiraban dos series de penalties.
En la primera serie, los jugadores simplemente hicieron lo que pudieron por marcar. En la segunda se les dijo que los resultados serían grabados y compartidos con los otros jugadores, con una recompensa de 50 libras para el mejor lanzador.
Cuanto más ansioso estaba el lanzador, más probable era que mirase a la posición centrada en la que se encontraba el portero. Y debido a que el control de la mirada y de la parte motora del cuerpo están muy coordinados, el tiro del jugador también iría centrado, lo que haría mucho más fácil que el tiro se parase.

“La estrategia óptima para los lanzadores de penaltis es coger un punto y tirar a él, ignorar al portero durante el proceso”, explicó el investigador que lideró el proyecto, Greg Wood.
 “La idea de que no puedes recrear la ansiedad que siente el lanzador durante una tanda de penaltis no es una excusa para no practicar”, dijo Wood.

Con respecto a ayudar al portero, los experimentos sugirieron que mirar a las caderas de los jugadores al final de la carrera da una idea de hacia dónde se tirará el balón. Investigadores de la Universidad de Hong Kong también sugirieron que si un portero se mueve entre 6 y 10 centímetros del centro, es suficiente para tentar al tirador con tirar al otro lado.
También hay juegos mentales, como tomarse tiempo para preparar el tiro o distraer al lanzador haciendo diversos movimientos, bailes o incluso decirle al lanzador a donde te vas a lanzar.



Incluso el color de la ropa se cree que puede ayudar: Petr Cech del Chelsea, prefiere llevar una raya naranja brillante en su camiseta bajo la creencia de que atrae al oponente haciendo más probable que disparen a donde está él.
Esta creencia está reforzada por psicólogos del deporte de la Universidad de Chichester, que pidieron a 40 futbolistas que tirasen docenas de penaltis a lo largo de una semana contra un mismo portero que cambiaba su camiseta. Cuando iba de rojo, sólo el 54% de los penaltis entraban; en amarillo, el 69%, en azul el 72% y en verde el 75.
¿Por qué? El rojo se asocia con peligro, dominación o ira, y en momentos de estrés ponemos más atención a nuestro entorno, según la teoría.

·         Pequeño guiño a un jugador que ha marcado una época en su club y en la selección nacional.

Van Gaal vio en él a un capitán antes que a un futbolista. Con las maletas en la puerta para volar a Málaga por poco más de lo que costaba el billete de avión, el entonces entrenador azulgrana paró la operación. El joven sería jugador del Barça. Como el propio Louis relataría más tarde, los méritos del por entonces lateral derecho, no fueron estrictamente futbolísticos, sino su pundonor, su entrega y su amor desaforado al club. ¿Cómo alguien con un corazón tan grande no le iba a ser útil a su equipo? Pero Van Gaal se equivocó, porque ayer por la tarde, ante los micrófonos, más vulnerable que nunca en estos 15 años de carrera en el primer equipo del Barça, no sólo anunció su adiós un símbolo, el escudo, la bandera y el palo que los sostiene a ambos, sino que se despidió el central más grande de la última década y posiblemente de toda la historia culé.

Hoy, por recordar las paradas con el escudo, los pómulos expuestos primero y protegidos después, los besos al brazalete, aquella Champions de Abidal… hoy, por recordar todo eso, corremos el riesgo de serle injustos al futbolista. Al cinco. Sí, ya sabéis de quién estoy hablando. A CARLES PUYOL.


Guiño a Carles Puyol sacado del artículo "Te quiero" del Blog "En un momento dado". Artículo completo aquí: http://www.eumd.es/2014/03/te-quiero/



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