A raíz de la
portada de hoy en Marca, donde Gareth Bale, jugador del Real Madrid, afirma que
“Cuando te pitan, pierdes confianza, juegas peor y entonces te pitan mas”, me acuerdo de un debate que he tenido con
algún aficionado.
El debate
es: Cuando un aficionado pita o insulta a un jugador.... ¿qué espera conseguir
de ello? ¿Es simplemente para liberar su frustración o buscan conseguir algo? Siempre
les hago una comparativa: si en tu trabajo, tu jefe te pitase, insultase o
humillase mientras estás trabajando.... ¿Qué crees que pasaría? ¿Trabajarías
mejor? ¿Peor?
Para el
caso, cada deportista es diferente:
·
Unos
reaccionaran usando esto como motivación, si habéis visto la docuserie “The
Last Dance” en Netflix, con Michael Jordan como protagonista, me entenderéis. Deportistas
con personalidades y carácter competitivos, que utilizan cualquier aspecto negativo
en su juego, externo…. Para enfocar el próximo entrenamiento o competición con objetivos
claros, mayor ambición, subiendo su nivel de esfuerzo….
·
Otros todo
lo contrario, se hundirán y no les ayudará a rendir y competir. En este caso,
Bale. Como el mismo dice, se meterá en un bucle del cual se hace cada vez más
difícil salir:
Juego mal-> me pitan -> me deprimo por ello->
mi rendimiento entrenando o jugando empeora por ese estado anímico-> Me
vuelven a pitar…..
¿Cual es la
normalidad? Al menos, en los casos que yo me he encontrado, hay más deportistas
como Bale que como Jordan , usando los casos que hemos comentado anteriormente.
Esto es algo
que se puede trabajar a través de la psicología. ¿Cómo?
Lo primero
de todo debe ser trabajar la autoconfianza del jugador y establecimiento de
objetivos.
Objetivos
que sean realistas y alcanzables, no en su momento de mejor rendimiento, si no
en su momento actual. Este es un aspecto que me parece clave en ésta situación,
ya que un jugador puede saber que es capaz de hacer un determinado numero de
acciones con éxito, porque ya lo ha hecho, pero quizás en un momento de baja
confianza, esas acciones están fuera de su alcance, así que deberá establecer
objetivos realistas y alcanzables en su momento actual. Eso no quiere decir que
sean demasiado fáciles, ya que entonces no le ayudará para nada, tendrán que
estar justo por encima de su nivel actual. Si el se esfuerza y se centra en aspectos
muy concretos de su juego, los conseguirá.
A mayores de
los objetivos, deberá centrarse tan sólo en sí mismo, llevar su foco
de atención a la tarea que está realizando y a él mismo, nada más. Centrarlo
en aspectos que el pueda controlar, que dependan de el, nada más, y nada
menos tampoco.
Sumado a lo
anterior, otro aspecto que puede resultar es realizar un análisis de su carrera
hasta ahora, haciendo hincapié en aquellos momentos de ella en la que ha tenido
situaciones similares, cómo salió de ellas, cómo fue capaz de reaccionar y
salir de ese mal momento…. Todo ello destinado a que sea capaz de ver que no es
imposible salir de la situación en la que está, porque ya ha pasado por ella o
similares en otros momentos de su pasado.
Además de esto, como aficionado, tiene
que hacerte pensar.
¿Pensar en
qué sentido? Si yo soy aficionado de un club, lo normal es que busque lo mejor
para el club. Si cuando las cosas no van como nos gustaría, con lo que el
jugador en este caso, ya sabe que algo no está haciendo bien, me dedico a ir a
los partido a silbar, increpar…. Lo que voy a conseguir de forma habitual es
que el jugador siga sin rendir.
En cambio,
si lo que hago es animar, aplaudir, apoyar al jugador en ese mal momento, lo
habitual suele ser que el jugador, cómo mínimo, no va a rendir peor, ya que se
sentirá respaldado.
Normalmente
la autoconfianza del jugador se irá minando poco a poco cuando ve que no le
salen las cosas como el espera, y en la mano de los aficionados está el contribuir,
siempre desde su pequeña aportación, a que esa autoconfianza pueda mejorar o
empeorar.
¿Cuántas veces
hemos visto deportistas a los que increpan o silban por su mal rendimiento y
posteriormente, cuando se rehacen, se lo recuerdan al público? Con gestos como
llevarse la mano a la oreja, aspavientos con las manos y brazos, desafíos poniéndose
frente a la grada….
¿Esto que
nos muestra? Que el jugador, en algún momento reciente, lo ha pasado mal debido
a los comentarios de sus aficionados.
Por tanto,
haciendo un pequeño análisis y en conclusión, si eres aficionado, intenta
apoyar y animar a tus deportistas en los malos momentos, ellos te lo agradecerán
y posiblemente, tu club se verá beneficiado.
Gareth Frank Bale es un futbolista profesional galés que juega como extremo en el Tottenham Hotspur de la Premier League, cedido por el Real Madrid de La Liga y la selección de Gales.
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