El síndrome de Burnout se caracteriza por un progresivo
agotamiento físico y mental, una falta de motivación absoluta por las tareas
realizadas, y en especial, por importantes cambios de comportamiento en quienes
lo padecen. Éste cambio de actitud se relaciona generalmente con "malos
modales" hacia los demás o con un trato desagradable.
El síndrome de burnout se asocia a que las fuentes
personales no son suficientes o son inadecuadas para manejar el estrés y como
resultado el sujeto desarrolla actitudes negativas que derivan en encontrarse
exhausto física y emocionalmente en el entorno de trabajo.
·
Exhausto emocionalmente=extrema fatiga.
·
Despersonalización= Desarrollo de cinismo y
sentimientos negativos.
·
Poca satisfacción en el trabajo/deporte=
Valorarse negativamente.
Para atletas, es el resultado de demandas en entrenamiento y
competición relacionadas con la percepción de bajo rendimiento profesional en
términos de habilidades atléticas.
Algunas variables implicadas incluyen el estilo del
entrenador, altas demandas competitivas, estrategias de confrontación, estilo
de vida externo, monotonía en el entrenamiento, falta de refuerzo positivo…
Los jugadores
amateurs tienen altas puntuaciones de burnout porque tienen menos
experiencia que los profesionales y son más altas en fases de competición que
en preparatorias.
Estas demandas elevadas o esta percepción de no poder
atender a las demandas muchas veces se
traduce en ansiedad. Algunos deportistas manifiestan que la ansiedad
facilita en rendimiento en la tarea, pero la mayoría, tanto jóvenes como
adultos, muestran que la ansiedad competitiva tiene efectos deteriorantes del
rendimiento, del disfrute y el bienestar físico.
Los niños con altos niveles de ansiedad se preocupan por
cometer errores, no jugar bien, perder… ser evaluados por sus entrenadores, por
sus padres, amigos…
El clima motivacional refleja los rasgos emergentes de un
entorno que crea una estructura de meta orientada a la tarea o al ego.
Dentro del clima motivacional nos encontramos con el clima de maestría donde se define el
éxito en términos de autosuperación, maestría con la tarea, demostración de
esfuerzo y superación… o el clima
orientado al ego que promueve la comparación social.
Las percepciones relacionadas con el clima de maestría se
asocian a baja ansiedad y las centradas en el ego se correlacionan con ansiedad
competitiva.
Los deportistas a los que se les ofrece un entorno de
aprendizaje donde se fomenta la mejora a nivel cognitivo, se posibilita la
capacidad de elección, se tuvo en cuenta su opinión y percibieron como
positivas las relaciones con su entorno, alcanzaron una mayor motivación
intrínseca, caracterizada por satisfacción, disfrute, valoración positiva… lo
cual aumenta su compromiso con la actividad. Los entrenadores que implican al
jugador en el plano cognitivo contribuyen al aumento de motivación intrínseca.
Aquellos jugadores que se interesan por el aprendizaje de
conceptos básicos del deporte que practican, podrían ver como más satisfecha su
necesidad de competencia y sentirían menos necesidad de recompensas externas
para la realización de la actividad.
Saber cómo hacer algo (conocimiento procedimental) aumenta
las probabilidades de hacerlo bien y sentirse competente.
Con un clima basado en el ego, el jugador es más propenso a
reaccionar a los errores y al bajo rendimiento con respuestas punitivas o de
autocastigo.
El bienestar psicológico del deportista se puede describir
desde dos vertientes:
Hedónica:
Búsqueda de placer y satisfacción (pasiva).
Eudamónica:
Realización de actividades expresivas para la autorrealización (activa).
Un entrenador que genere un clima que valore el esfuerzo, el
aprendizaje, la cooperación, la ejecución…. Fomentará una orientación
disposicional hacia la tarea y un mayor conocimiento de las emociones del
deportista. Además, este tendrá un mayor conocimiento de sus estados
emocionales que derivará en mayor bienestar psicológico.
Esto es similar para todos los deportistas, amateurs o
profesionales.
La conclusión dice que durante la fase de precompetición, la
mayoría de los atletas presentan ratios reducidos de burnout. La incidencia y
por tanto la vulnerabilidad al burnout ha sido identificada en muchos atletas
durante la precompetición, por tanto, es recomendable hacer estos estudios
previamente para evitar que el burnout aparezca en la fase de competición.
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