Establecimiento de
objetivos.
Esta técnica suele
desarrollarse a principios de temporada. ¿Por qué?
Puesto que así el jugador
o deportista se marca unas pautas o unos objetivos individuales de cara a
la competición. Yo suelo recomendar que si estos objetivos son a largo plazo (
de cara al final de la competición), se establezcan por el medio
objetivos a corto o medio plazo, ya que estos le indicarán al deportista
el "camino" a seguir de cara a conseguir esos objetivos a largo
plazo. El futbolista debe conocer cuáles son los objetivos del equipo
para la temporada, pero además debe establecerse unos objetivos o metas
individuales mediante los que puede valorar su rendimiento. El deportista
ha de tener claros los objetivos por los cuales entrena y saber que
medios ha de utilizar para conseguir su meta, ha de entrenar aspectos que
le hagan conseguir buenos resultados.
Objetivos que persigue la
técnica:
- Fijar objetivos incrementa la cantidad y calidad del trabajo en comparación con el que se realiza cuando los objetivos no están fijados.
- Cambiar el concepto de éxito. A partir de ahora tener éxito no va a limitarse a ganar, sino a conseguir los objetivos fijados y en el orden establecido. Esto es importante ya que en ocasiones la victoria no depende sólo de ti, ya que los rivales también compiten y a lo mejor nos encontramos en desigualdad de condiciones, por tanto ganar en estos casos no es ganar la competición o evento (que también si se puede) si no conseguir el objetivo que te habías impuesto.
- Motivar al deportista en el entrenamiento haciéndole consciente de los objetivos que persigue cada tarea que realiza. De esta forma, se consigue un mayor compromiso, por parte del deportista, en seguir el programa de preparación. Por ejemplo no es lo mismo correr 40 minutos sin que nadie te diga porque lo haces (lo cual generaría desmotivación) que si corres 40 minutos y el preparador te explica que eso te servirá para mejorar tu resistencia y te permitirá llegar al final del partido o de la carrera más fresco y con más posibilidades.
- Fijar objetivos incrementa la cantidad y calidad del trabajo en comparación con el que se realiza cuando los objetivos no están fijados.
- Cambiar el concepto de éxito. A partir de ahora tener éxito no va a limitarse a ganar, sino a conseguir los objetivos fijados y en el orden establecido. Esto es importante ya que en ocasiones la victoria no depende sólo de ti, ya que los rivales también compiten y a lo mejor nos encontramos en desigualdad de condiciones, por tanto ganar en estos casos no es ganar la competición o evento (que también si se puede) si no conseguir el objetivo que te habías impuesto.
- Motivar al deportista en el entrenamiento haciéndole consciente de los objetivos que persigue cada tarea que realiza. De esta forma, se consigue un mayor compromiso, por parte del deportista, en seguir el programa de preparación. Por ejemplo no es lo mismo correr 40 minutos sin que nadie te diga porque lo haces (lo cual generaría desmotivación) que si corres 40 minutos y el preparador te explica que eso te servirá para mejorar tu resistencia y te permitirá llegar al final del partido o de la carrera más fresco y con más posibilidades.
Condiciones de aplicación:
- Los objetivos deben ser de
tipo positivo, desafiantes pero realistas y además deben ser claros. Podemos
establecer objetivos individuales y objetivos de equipo y además podremos
dividirlos en objetivos a corto-medio y largo plazo.
Es muy importante remarcar lo
de DESAFIANTES PERO REALISTAS. Los objetivos tienen que ser metas realizables,
nada que esté fuera de nuestro alcance, pero con el nivel justo de dificultad
para que nos motive conseguirlo, que nos haga salirnos de nuestra posición de
comodidad para lograr alcanzarlos. En el punto medio entre ambas está la
virtud.
- Los objetivos se los tiene
que poner cada deportista. Nosotros hablaremos con él para explicarle de que
trata pero no podemos imponerle sus objetivos. Simplemente haremos una función de asesoramiento, explicándole,
informándole y dándole consejos sobre que objetivos podría ponerse o como
formularlos.
- Expresar públicamente los compromisos fijados. Importantísimo. Los objetivos se pondrán a la vista de cualquier componente del equipo para que todos puedan valorar el grado de implicación con el objetivo que está demostrando cada deportista.
- Que el deportista pueda controlar personalmente su evolución en el logro de los objetivos, proporcionándole medios evaluativos e incluso ir actualizando estos objetivos semanalmente o mensualmente para que tenga feedback sobre su nivel de cumplimiento.
- Contar con la colaboración del entrenador en el momento de establecer los objetivos.
- Otro aspecto importante es
que el deportista firme esos objetivos individuales que se ha puesto, ya que
eso demuestra que está conforme y que ha sido él mismo quien se ha puesto esos
objetivos y no otra persona.
Se podría decir que es algo
parecido a un contrato que firma el deportista con el equipo.
Cuando hablamos de objetivos, podemos diferenciar dos tipos:
· Se debe diferenciar entre los Objetivos de Resultado que se refieren a los
logros deportivos que pretende alcanzar (y que en este caso ya hemos alcanzado)
como ganar campeonatos, conseguir un puesto determinado…
· Y los Objetivos de Ejecución, que incluyen el trabajo que
deben hacer a nivel físico, técnico, estratégico, psicológico, etc., para poder
lograr tales resultados.
La percepción del control de los objetivos de ejecución, reforzará
nuestra autoconfianza, potenciará nuestra motivación y nos ayudará a generar paulatinamente
una mayor concentración.
Está claro que nuestra intención deberá ser la de cuidar
estrechamente la consecución de los objetivos de ejecución, ya que eso nos dará
una mayor probabilidad de conseguir los objetivos de resultado y además
mantiene la atención del deportista en una tarea específica sin tener en cuenta
el resultado de la acción.
Un ejemplo clásico al preguntar por objetivos es que te digan:
"Yo quiero marcar 2 goles" o "Quiero meter 13 puntos". Eso
sería un objetivo de resultado. En cambio lo que se suele hacer en casos así
sería: "Vale, tu quieres conseguir eso, ¿pero qué vas a hacer para
conseguirlo? ¿Qué acciones vas a llevar a cabo o en cuáles debes mejorar o
concentrarte para llegar a ese objetivo?". En este caso estamos
preguntándole por objetivos de ejecución. En este
caso la respuesta podría ser: " Voy a concentrarme en hacer una presión
más intensa en la salida de balón de sus centrales" o "Voy a intentar
concentrarme en los rebotes defensivos porque eso permitirá al equipo robar más
balones y así podré meter más puntos".
Normalmente es más importante establecer objetivos de ejecución ya
que estos objetivos "hablan" del camino que va a recorrer el jugador
para lograr los objetivos de resultado que se ha impuesto y por tanto son más
concretos con su comportamiento.
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