¿Por qué la de
portero es una posición "especial" o diferente?
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Porque de los 11 que juegan en fútbol, 5 en
fútbol sala y 7 en balonmano, tan sólo uno de ellos es el portero. Da igual el
sistema o la táctica, sólo puede haber un portero.
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El portero lleva una equipación distinta a la
del resto del equipo.
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En fútbol, es el único jugador que puede usar
gorra.
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Soledad o desconexión: dependiendo del equipo,
hay porteros que quizás solo tengan que intervenir 3-4 veces en todo el partido
(más en fútbol sala y sobre todo en balonmano debido a la distancia reducida y
a la intensidad del juego) lo que puede provocar errores por falta de concentración. El portero
vive el partido en soledad, aunque se trate de un trabajo colectivo. Está sólo
por la especificidad de su tarea y por la distancia que le separa de sus
compañeros en el terreno de juego. Mientras que los compañeros pueden pasar más
desapercibidos el trabajo del portero es muy manifiesto.
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Los números en las estadísticas del resto de
jugadores de miden por aciertos (goles a favor) mientras que los de los
porteros se miden por "errores" o jugadas en su contra (goles
encajados).
Un joven portero puede perder la confianza cuando
comete un error, y hay que hacerle ver que cuando le marcan un gol en contra, el
otro equipo ha superado a los otros diez hombres de su equipo. Habrá ocasiones
en que hayas cometido un error y habrá otras ocasiones que venga originado por un fallo colectivo o incluso por un gran acierto del rival.
Es evidente que sólo los que quieren jugar en la portería tendrán éxito, y no es una posición que atrae a todo el mundo. El portero tiene que ser capaz de dejar sus errores atrás rápidamente, por lo que siempre debe intentar el ser positivo, con un punto crítico o de análisis pero siempre de forma constructiva o positiva. Se deben revisar los errores después del partido y discutir si hay alguna mejora técnica necesaria y enfocarse en esa habilidad.
El entrenamiento del equipo en general no es suficiente para ayudar a las habilidades necesarias para la portería, por lo que el entrenamiento especifico de porteros es una necesidad para el desarrollo de jóvenes porteros.
La repetición es la mejor manera de arraigar las buenas costumbres, y la buena observación le mostrara al portero la mejor forma de hacerlo una y todas las veces. Los buenos hábitos se vuelven automáticos y con la repetición los malos hábitos pueden ser eliminados.
Las paradas no son la única manera de lograr reconocimiento como portero. Hay equipos que basan su juego de pase en empezar sacando el balón jugado desde atrás y ahí cobra importancia un portero con buen juego de pies. Otros equipos que juegan con defensas muy adelantadas necesitarán un portero con gran capacidad de anticipación y corrección corriendo hacia adelante.
Es evidente que sólo los que quieren jugar en la portería tendrán éxito, y no es una posición que atrae a todo el mundo. El portero tiene que ser capaz de dejar sus errores atrás rápidamente, por lo que siempre debe intentar el ser positivo, con un punto crítico o de análisis pero siempre de forma constructiva o positiva. Se deben revisar los errores después del partido y discutir si hay alguna mejora técnica necesaria y enfocarse en esa habilidad.
El entrenamiento del equipo en general no es suficiente para ayudar a las habilidades necesarias para la portería, por lo que el entrenamiento especifico de porteros es una necesidad para el desarrollo de jóvenes porteros.
La repetición es la mejor manera de arraigar las buenas costumbres, y la buena observación le mostrara al portero la mejor forma de hacerlo una y todas las veces. Los buenos hábitos se vuelven automáticos y con la repetición los malos hábitos pueden ser eliminados.
Las paradas no son la única manera de lograr reconocimiento como portero. Hay equipos que basan su juego de pase en empezar sacando el balón jugado desde atrás y ahí cobra importancia un portero con buen juego de pies. Otros equipos que juegan con defensas muy adelantadas necesitarán un portero con gran capacidad de anticipación y corrección corriendo hacia adelante.
¿Qué puede aportar la
psicología en el trabajo con un portero?
La técnica más útil sea quizás la de visualización. Cuando un portero entra a un partido, normalmente
las primeras acciones en las que tenga que intervenir van a ser las que le den
confianza o no para el resto del partido. Si en la primera acción hace una
buena parada, se anticipa bien, sale bien por alto en un córner… seguramente
adquiera buena confianza para el resto del partido. En cambio si en la primera
acción recibe un gol o comete un error que no acaba en gol de milagro bajará su
confianza, por lo tanto habría que trabajar en ello.
La visualización permite representar un partido completo o jugadas específicas de un partido
durante la semana de ese partido, el día antes o el mismo día de la
competición. Permite al deportista estar preparado para las distintas acciones
que se puedan llevar a cabo en el partido, permite que piense antes del partido
cómo afrontaría una situación muy específica como puede ser un penalty, una
falta lateral, un mano a mano…. Y esto le ayudaría a entrar al partido con una dosis de confianza algo mayor que no
dependiese tan sólo de sus primeras acciones.
Al realizar una tarea sobre visualización es muy importante
tener trabajada la tarea, haberla preparado de forma previa y no improvisar, ya
que debemos centrar nuestra atención en aspectos muy específicos, uno de ellos
son las sensaciones. Es importante
hacer que el deportista centre la atención en ésta tarea en las sensaciones para
que la simulación sea lo más parecido a un partido real: temperatura, textura
del campo, olores, sonido ambiente, sensaciones físicas de cansancio o energía,
sensaciones referidas a su actuación…
Otra de las técnicas útiles son las llamadas autoverbalizaciones o palabras clave. Hablarse
a sí mismo durante el partido colabora no sólo con la contínua mejora de los
aspectos técnicos si no que permite concentrar la atención en aquellos aspectos
que creamos importantes: no dejar de mirar al balón, habla con tus compañeros
para colocar la línea defensiva, mantenerte concentrado en el juego y no en
aspectos externos… Mantener la atención en las acciones que
realizamos y no tanto en el resultado de éstas ya que el
resultado a veces es difícilmente controlable porque no sólo depende de ti.
En el caso de un portero puede ser muy útil a la hora de los
saques de córner en contra, donde tienen que mantenerse muy concentrados y con
un alto nivel de intensidad debido al gran número de jugadores que van a
invadir su zona.
Durante el partido se pueden utilizar las
autoverbalizaciones para mantenerse concentrado en el juego. Cuando pasas
etapas de partido en las que durante 10 minutos no has entrado en contacto con
el balón es complicado mantenerse totalmente concentrado de forma natural lo
que puede propiciar un error en la siguiente aproximación a tu portería. Frases
como "no pierdas la vista del balón", "¿está bien colocada la
defensa? ¿Dónde están sus delanteros?" puede ayudarte a mantener la
concentración en aspectos concretos y específicos y no dejarte ir durante el
partido.
Otra técnica que puede ser relevante se refiere al control del nivel de activación. La
posición de portero por sus características referidas a pequeñas intervenciones
en períodos muy pequeños de tiempo pueden fomentar esa desconexión de la que
hablamos antes o la aparición de un nivel de relajación que no queremos. En el
caso de que queramos elevar el nivel de
activación podemos desarrollar rutinas de movimientos como pequeños
ejercicios de calentamiento o de estiramiento dentro del propio partido que
servirán para moverte y elevar tu activación. Otra rutina podría ser darte
pequeños golpes en los muslos, o incluso pellizcarte una vez que notes que
estás perdiendo la concentración. A este nivel se pueden utilizar muchas pequeñas
técnicas ya que el control de la activación es algo muy adaptable a distintas
situaciones.
Otros porteros en cambio requerirán un nivel del foco atencional más bajo, lo cual rivalizaría con una
activación demasiado elevada. Esto se puede conseguir con técnicas como el
control de la respiración (respiración abdominal por ejemplo) o intentar
mantener un pulso constante dentro de unos límites que habríamos dispuesto
anteriormente en sesiones de entrenamiento.
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