Todos los equipos deportivos o jugadores
individualmente pasan por malas rachas. Equipos grandes que sufren 2
derrotas seguidas junto con una crisis de juego o equipos más modestos que
pasan por fases en la temporada donde sumar de 3 en 3 se convierte en casi una
utopía. Muchas veces incluso sin que el juego del equipo refrende estos
resultados: haciendo buenos partidos y mereciendo algo más, las cosas por unos
u otros motivos no acaban saliendo y acabas sufriendo otra derrota.
Salir de la mala racha para cualquier deportista
supone una vuelta al pasado, ir a esa caja con todos tus recuerdos donde
guardas aquellas situaciones donde fuiste capaz de superar situaciones
similares a las actuales y donde has sido capaz de hacer bien tu trabajo. Es
una manera de decirle a tu cabeza que tras tanta nube negra, el sol aún sigue
ahí detrás, ya que la autoestima decae, la mente se nubla y ya ni te acuerdas
de todo lo que de verdad eres capaz.
- La confianza ayuda
sentirse capaz y así proceder a buscar, aportar e implementar soluciones. Desde
el inmovilismo la situación no mejora. Y debemos tener en cuenta que a lo que
popularmente llamamos “confiarse”; que consiste en esperar que con lo que
hacemos ya basta porqué creemos que es más que suficiente.
Otro aspecto a tener
en cuenta, cuando analizamos la situación, es que los resultados no suelen ser
consecuencia de lo que hace un equipo solamente, sino de lo que hacen y no
hacen dos equipos que compiten sobre el terreno de juego. Por lo
tanto, debemos tener en cuenta que existe siempre un rival y que el resultado
no depende al 100% de nosotros.
¿A qué puede ser
debida una racha negativa?
Podemos decir que
cuando cometemos errores repetidos de los que no somos conscientes solemos
entrar en una mala racha. Una dinámica negativa no es el reflejo de una única
causa, sino de la confluencia de varias.
En este sentido es
importante analizar el juego del equipo sí, pero también el plan de
entrenamiento seguido y lo sucedido durante la semana. Podemos seguir un plan
de 7 pasos:
1.- Aceptar la
situación que se está produciendo
-Reconocer y
compartir la situación con el equipo. Si no somos conscientes de ella no
podremos atajar el problema, dado que en nuestra realidad éste no existe.
-Considerar la
situación como una oportunidad de aprendizaje y mejora para el equipo.
2.- Saber exactamente
qué tenemos que hacer para ganar.
-Identificar qué
hacemos cuando ganamos y cómo lo hacemos.
-Saber cuál es el
nivel competitivo mínimo necesario del equipo para poder optar a ganar. Si
sobre un límite de 100, nuestro equipo consideramos que rinde al 75%, y que
nuestro rival lo hace entorno al 95%, está claro que tenemos que incrementar
nuestro intensidad de trabajo y exigencia para subir nuestro nivel competitivo
(cosa que se hace en los entrenamientos).
-Tomar consciencia de
cuáles son nuestros puntos fuertes para trabajar a partir de ellos.
3.- Analizar la
situación actual
-Analizar qué sí
funciona (establecer lo que parece que sí que nos está funcionando).
-Detectar dónde, cómo
y cuándo aparecen los errores (¿en el medio campo?, ¿al inicio de la 2º parte?,
¿con la interactuación de dos jugadores concretos?, etc.)
-Compartir las
percepciones e intuiciones entre los componentes del staff técnico para abrir
puntos de vista y análisis diferentes que nos enriquezcan.
-Consultar con
asesores externos para que puedan aportar una visión des de otro punto de
vista.
4.- Explorar nuevas
posibilidades que puedan suponer una mejora
-Recordar qué
soluciones llevamos a cabo en situaciones parecidas del pasado y porqué
funcionaron.
-Analizar qué
soluciones adoptaron otros en situaciones parecidas y porqué les pudo funcionar.
-Investigar cómo
trabaja y entrenan nuestros adversarios para poder incorporar y mejorar lo que
ellos ya hacen.
-Explorar nuevas
alternativas.
-Consultar con un
asesor externo al equipo.
5.- Implementar
cambios que supongan una mejora
-Mantener lo que pensamos
que sí funciona y nos beneficia.
-Hacer los cambios
que puedan suponer una mejora y mayor beneficio para el equipo.
6.- Motivar y liderar
al equipo transmitiendo la posibilidad del cambio con consignas claras y
específicas
-Creer en los cambios
a implementar a la vez que mostramos nuestro compromiso y confianza para su
solución.
-Transmitir confianza
en el equipo, emociones positivas y la posibilidad del cambio en la situación.
Desde la negatividad el bloqueo será más difícil de superar.
-Buscar ejemplos de
éxito y transmitirlos al equipo de situaciones parecidas vividas por otros
anteriormente.
-Liderar desde la
confianza y la serenidad proactiva, transmitiendo a la vez las
consecuencias en caso de no haber cambio.
7.- Perseverar y
mantener un ritmo de trabajo constante para que puedan llegar los resultados
esperados
-Transmitir nuestro
compromiso y conseguir el compromiso del equipo para el cambio.
-Trabajar a un alto
nivel de compromiso, intensidad y exigencia.
Y… ¿con la victoria
se resuelve la situación?
No podemos caer en la
trampa de pensar que ante una mala racha, una victoria nos dará la confianza
necesaria para salir de la situación o que ésta ya ha terminado, dado que
significa que nuestra confianza depende de un factor que no depende al 100% de
nosotros mismos. Fijar la confianza en función de un factor externo puede
llevarnos a entrar nuevamente a otra mala racha o a reprender la que se estaba
viviendo. Trabajo constante, espíritu de crecimiento e intensidad serán
necesarios para seguir desarrollando al equipo.
Hay que considerar
que aceptar el error desde la humildad y la ilusión para aprender y mejorar es
una de las características de los deportistas de alto rendimiento. Saben que
una victoria no cambia nada, sino que son sus acciones, sus aprendizajes (a
partir de la detección del error) y sus estados mentales los que consiguen
generar las condiciones necesarias para salir, en este caso, de una mala racha.
Y esto último nos lleva
a que de nada sirve la confianza si no
hay autocrítica. Y reconocer los errores no tiene porque minar la seguridad en
ti mismo. Somos un cúmulo de habilidades y capacidades. Que hayas fallado en
algunas no te convierte en un error de deportista. Sin embargo, hay que ser
sinceros. Esconder la cabeza o no ser humildes y admitir, no te hace daño más
que a ti mismo. Al fin y al cabo…¿Qué hay que nos haga sentirnos más orgullosos
que sacar al equipo de una mala racha?
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